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Mostrando entradas de enero, 2011

Pasa Alberti, pasa…

  Hace falta estar ciego Hace falta estar ciego, Tener como metidas en los ojos raspaduras de vidrio, Cal viva, Arena hirviendo, Para no ver la luz que salta en nuestros actos, Que ilumina por dentro nuestra lengua, Nuestra diaria palabra. Hace falta querer morir sin estela de gloria y alegría, Sin participación de los himnos futuros, Sin recuerdo en los hombres que juzguen el pasado sombrío de la tierra. Hace falta querer ya en vida ser pasado, Obstáculo sangriento, Cosa muerta, Seco olvido.   Del gran RAFAEL ALBERTI

“Ya nada será igual… es el final de la inocencia”

  C ONCORDE   (AMARAL)       Qué verdad, qué triste realidad, surgió de la nada y se alza ante mi. Me siento pequeña pero nunca más confiada. ¿Cómo fue?¿Qué tal la sensación de ver cómo ardían por ti mis manos en el fuego? Ya nada será igual es el final de la inocencia. Ya no verás volar el Concorde sobre nuestras cabezas. Iba a hacer una canción cruel escrita en tu honor, que sacara de mi este veneno, pero en un sueño vi tu alma destrozada y al despertar lloré porque una vez creí ser tu hermana. Ya nada será igual es el final de la inocencia. Ya no verás volar el Concorde sobre nuestras cabezas. Ya no verás volar el Concorde sobre nuestras cabezas.

Romper esquemas y volverlos a explorar...

No es hormigón, porque cae demasiado rápido, se deshace y golpea en el suelo haciéndose añicos. No es la primera vez, pero espero sea la última. Sería un destrozo. Cuando sea la última vez que todo esto acontezca, todo se acabará, y de reinar la paz frente al desasosiego, a veces prefiero lo segundo. Ser masoquista no es malo si se lleva con dignidad, suena a chiste, incluso me hace sonreir el sólo pensarlo. Creo que mejor lo retiro. 3 almas suelen inquietarme... (¿qué estoy haciendo?, cambiemos de tercio... esta noche se me está yendo de las manos)  Justo en estos momentos me siento tan humana que empiezo a entender que si las cosas en su naturaleza se nos presentan caóticas, aleatorias e impredecibles, no entiendo por qué nos destrozamos intentando darles sentido, organizándolas y sobre todo (y lo más complicado y pretencioso) controlando sus causas y consecuencias. Me tomo la libertad de afirmar que una vez más voto por una simple y sencilla frase "dejarse llevar".