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Mostrando entradas de septiembre, 2011

Renacer en Libertad

Muchos que me conocen sabrán que se trata de la primera canción que canté en solitario en el CORO al que pertenezco. Fue increíble y un gran paso para mi hacer y lograr aquello. Más adelante, con el tiempo, escudriñé la canción y me identifiqué tanto con ella que empecé a sentirla tanto, que la consideraba una señal. Como si hubiese llegado a mi para decirme algo. Hoy la recuerdo, porque he vuelto a sentirla. Tiene un título tan verdadero y hay una estrofa que me encanta: “Vive la libertad mirándote en los demás. Siente que creces al servir, que los demás renacen... TÚ, con ellos, al fin.” Puede sonar exagerado, pero cuando de sentimientos, sensaciones y del bienestar personal se trata, toda magnificencia es poca. :)

Cartas que inspiran Blogs, entradas y ruido… mucho ruido.

  Sí, no había necesidad de escribir la entrada anterior, ni siquiera necesidad de escribir, pero siempre llega el cartero con un sobre en blanco tamaño folio y dentro uno morado tamaño “melancolía” que incitan a gritar textos absurdos. Alguien decidió que hoy se unieran todos mis miedos. He aquí el secreto de mi inspiración, no todo es fantasía.

Lo que dejan las huellas... en una carta.

Cómo con el tiempo las cosas se distorsionan, cambian, degeneran y para poder encontrar el camino no tienes otra que salirte de él. Ahora no sé si lo que he conocido era así desde el principio o ha ido metamorfoseándose poco a poco sin casi percibirlo y de repente, lo percibo de golpe y me da todo este miedo… Voy a echar de menos lo bueno, pero tengo que ver si realmente alguna vez fue bueno o sencillamente el lindo maquillaje que sabe dosificar según la ocasión y la necesidad que requiere en ese momento. Peco de hablar más de la cuenta, de sentir la necesidad de expresar lo que siento, pienso y lo que veo que es necesario solucionar… pero si no hay un receptor, o el receptor no aprecia la importancia de todo esto, quizás es verdad que no merezca la pena. Que nada importe y que todo lo bueno haya sido sólo una ilusión. Me prometí no levantar más catedrales, más altares ni confiar gratuitamente. Pero me confundió la confianza, el “esta vez no va a ser igual”. Ha sido igual, pero justo