Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2015

Un recuerdo. La magia no necesita truco.

Tormenta. Dentro muy dentro, formada por imágenes, sensaciones, olores, sonrisas, palabras y miedos. De repente durante unos cuantos minutos, y no dura mucho más, añoro un recuerdo que contiene todo lo descrito anteriormente. Pero es sólo eso, un recuerdo; un maldito recuerdo. La lluvia es intensa, pero ni se ve llover, ni moja, ni siquiera hace ruido. Pero sé que está lloviendo, y miles de nubes oscuras como la muerte, densas como el odio y sinceras como mis sentimientos, se interponen entre lo que pudo ser y no fue, entre lo que será y no me conviene. Pero ese recuerdo, en ocasiones no hace otra cosa que esbozar en mi cara una sonrisa. Relámpagos aparecen por todos lados, truenos ensordecedores que acallan durante unas milésimas de segundo mis pensamientos. Pero por mucho ruido que ahí dentro se haga, es mucho el silencio que ahoga. Pero me convenzo de nuevo, es sólo un recuerdo, pues no hay coherencia presente que vaticine algo bueno. Sólo queda un detalle. Dentro, m

Por un momento...

Por un momento he creído que era feliz. Me he emocionado y todo. Conducía de noche, sin prisa, para acabar una jornada llena de sorpresas y alegrías. Hasta aquí todo normal, excepto por un detalle que hace de todo este simple trayecto, algo mágico: la Música. En concreto el "Jazz". Un estilo que pocos aman y menos entienden. Un estilo que muchos dicen oír pero no escuchar, y a la primera de cambio ya están bostezando. Pero otro día escribiré sobre eso. Lo que vengo a narrar esta noche, a estas horas, es que bajo ese manto de estrellas, o luces de ciudad, (no sabría diferenciarlo) avanzaba casi absorta y al mismo tiempo meciendo a modo de baile sinuoso la cabeza y tronco, y todo provocado por esa amalgama de notas deliciosas, inconclusas, aleatorias y mágicas. Me sentí por un momento feliz. Prometo que fue un momento intenso, largo, apacible y me regocijé en el mismo hasta que de repente...¡stop! ¡Maldita lágrima! Quise... compartir ese momento mágico. Es curioso cómo

Jugar a amar

No sabría decir si en este mundo alguien está "amando" de verdad. Es más, ¿qué es amar?, ¿cuál es la medida exacta?, ¿es posible que "amar" tenga fecha de caducidad?, ¿O acaso "amar" no entiende de finales y por tanto nunca fue tal "amar"?. Miles de preguntas sin respuesta. Nadie las tiene. Puedes intentar imponer tu opinión pero ni tú mismo estás seguro de estar en lo cierto. Amar, amor, amante, amado... qué bello, tan fuerte... ¿quién osa manchar el verbo "amar", 《malusarlo》, darle temporalidad?. No daré mi versión del "amar", pero os juro que no entiendo en él temporalidad alguna. Dudo en su naturaleza haya algún atisbo de fragilidad. Entiendo que el mundo entero quiera adueñarse de ese poderoso verbo, pero la gran parte del planeta está cometiendo el mayor error de sus vidas. Eso es lo que nos hace vulnerables, marionetas del "deseo de amar", y el motor que nos mueve hacia... cualquier parte. "Am

Mi alma se endurece y nada importa lo que costará

A las buenas personas se les trata bien, si las tratas como a las malas... entonces no te sorprenda que al mirarte en un espejo veas a un monstruo. Todos decidimos cómo hacemos las cosas, si bien o mal, pero atacar al bien con mal, no te dejará descansar en paz. Haz el bien, desde ahora, y compensa todo el mal que hayas hecho. La vida entonces te compensará con lo mismo. 

El tiempo

Está claro que no siempre acertamos. Está claro que a veces nos pueden los miedos, el inconformismo y sobre todo el "tiempo". El tiempo precisamente te aceleró el corazón y te hizo creer que lo mejor está por llegar. El tiempo en ese caso, te agarró el cuello y te provocó. El tiempo hizo de ti un remolino de sensaciones que sólo acertaban a ver la oscuridad, esa que antes era claridad y te daba la vida, decías. ¿Pero por qué la luz que ilumina puede llegar a ser sombra que oscurece?. No será ahora cuando lo explique, pero no es casual. El tiempo, ese sí que aprieta, esa edad que vemos llegar impetuosa y dejándonos ciegos ante la evidencia. Nos hace que soltemos cualquier compromiso que nos aferraba a la luz, porque para el tiempo todo pesa, necesitado de las alegrías temporales, no hay tiempo para otra cosa, no más lastres quiere el tiempo. Pero el tiempo es sólo eso, y el propio tiempo volverá a ahogar, y a reclamar más luz, y sea la misma luz, u otra nueva,