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Mostrando entradas de marzo, 2016

Entre las vías

Hay caminos impuestos, y otros son aquellos que se crean al andar. Algunos destinados a un uso específico, y me gusta pensar que hay quien no cumple su cometido en ellos.  Ahí vas tú, sobre las vías, sin miedo pero con cautela, con la emoción y la adrenalina en carne viva justo cuando toca caminar hacia una curva bien cerrada. Sobre las vías en ocasiones te tambaleas porque escuchas de lejos que se acerca un gran ruido, pero no dejas de mirar hacia delante. Porque cuanto más arriesgas, mayor es el gozo y la satisfacción del salto. No te importa que te tomen por loco, no te importa ni siquiera lo que dicen, porque sólo tú sabes la sensación, percibes con tus sentidos y no con los suyos. Les gustaría creer que saben de lo que hablan, pero no tienen ni idea. Entre las vías pierdes todos los posibles "arraigos" que te impiden avanzar, porque sabes que en cualquier momento no sólo pierdes eso, sino que lo puedes perder "todo". Pero "todo" en cualquier

Una simple pregunta.

Las personas que sois complicadas por naturaleza, poco comunicativas y jugáis todo el día al despiste y a haceros los interesantes... ¿no os cansáis en algún momento de tanta memez? (FDO: El límite de mi paciencia)

Del amor y otros temblores

Por si el destino nos mueve, te quedas parado esperando a que todo pase. Así es como ves pasar al tiempo, los trenes, los aviones, hasta al propio destino. Seguramente todo ocurra por alguna razón, pero, maldita sea cuando te tienes que conformar con que pase, y no poder buscarlo. El movimiento sinuoso no me sirve. Las partículas de aire cargadas de contacto desechado por los frenos. No lo notan, pero yo sólo huelo a goma quemada. Derrapar, ojalá fuera sólo eso. Imágenes grabadas a fuego, unas reales, otras simples escaramuzas de deseos. Utopías sin remedio. Silencios que gritan a golpe de cerebro dictador. Lo único libre son las miradas y las sonrisas. Las palabras ya no encuentran serenidad entre los barrotes que imponen los miedos. Me entretengo entre el muestreo, las pequeñas dosis y los juegos del "llamar", para luego quedarse en nada. Pero a veces es suficiente, porque a veces no hay consciencia de lo que realmente se busca. ¡Maldita sea si al encontrarlo n