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La Dolania Americana se siente viva


Parece lo más efímero de la existencia y al mismo tiempo lo más perfecto.
La Dolania Americana, cuya esperanza de vida ronda las 24 horas, me despierta tanta curiosidad como envidia. No estoy exagerando, pues es en lo más imperceptible, en aquello que desconocemos, donde habita la belleza más perfecta que existe.

No niego que esté siendo tremendista, pues hay cosas poco envidiables en algo tan diminuto, efímero y “poco vistoso” si lo comparamos con una mariposa, ¿verdad?. Pero sólo hay que ir más allá para verlo. Como siempre digo, con los ojos de “humano” no lo verás.

Lo primero que debo atender, es que ni si quiera a esta especie se le suele llamar por su nombre, pero forma parte de un conjunto de insectos denominados “efímeras”, y a mi ya esa palabra me tiene enamorada desde que la descubrí. Digo descubrir, porque odio eso de “aprender”, me da igual si alguien me ayuda a conocer algo y luego yo lo aprendo, prefiero llamarlo “descubrir” pues es lo que a mi existencia le pasa con aquello que antes desconoce. Aunque ya exista para otras existencias, si para mi no estaba descubierto, lo nuevo siempre será descubrimiento. Así cada cosa tiene su valor exacto que merece por ser primogénito de mi conciencia.

Intentaré no desviarme del tema, el caso es que no se puede definir exactamente la duración de las efímeras, algunas sólo duran 2 horas, pero no pude elegir esas, en dos horas no da tiempo a asimilar nada. Ni siquiera una sensación puede disfrutarse en 2 horas; está claro que puedes sentirlo y explotar cediendo a tu cuerpo el control del disfrute o incluso de un fugaz sentimiento, pero creo que es después cuando tu conciencia juega el papel más importante en todo esto; cuando la asimilación de todo lo ocurrido, su análisis, el regodeo en el recuerdo, la nostalgia y entendimiento, convergen para dotar a todo del correspondiente valor real.

Y así es como desvarío a cada frase, bueno quizás era esta mi pretensión sin haberlo planeado. En fin, sigamos. La Dolania Americana, tiene al menos 24 horas. Tiempo suficiente para experimentar algo, reconocerlo, disfrutarlo y atesorarlo tras su análisis. Pero eso no es lo mejor, tras su última muda, su final llegaría en menos de 5 minutos, y es aquí donde llega lo divertido. Donde mi cerebro explota intentando buscar el símil en todo esto, porque sin quererlo, sin planearlo me llegan miles de imágenes, de pensamientos, de comparaciones odiosas que ni si quiera yo tengo tiempo para organizarlas. De ahí que esté aquí escribiendo. Me da mucha pena perder todas esas ideas que traspasan mi cabeza a 200km por hora (temporización humana en el mundo real), lo que en mi cabeza-pensamiento equivale a una hora y media de escudriñamiento exhaustivo. Lo prometo, no es locura, es algo incontrolable que hace mi cerebro sin que yo pueda hacer nada por evitarlo. Con esto sólo pretendo que no caiga en sacos rotos ese fugaz hallazgo que mi mente hace sin mí monitorizándola, porque creo que en el fondo, merece la pena.

La Dolania Americana no es una mariposa, a la foto arriba mostrada me remito, pero tiene cosas más bellas de las que quizás aún no te hayas percatado. No me voy a extender mucho en la descripción pero, la mayor parte de su cuerpo es transparente, dejando que la luz pase a través de ella, y con ella los colores y las imágenes sobre las que vuele. Si la pudieras abrazar te verías a ti mismo abrazando, vislumbrarías tus manos haciendo uno de los gestos más bellos y quizás fueses mucho más consciente de cómo haces las cosas. Me imagino también que mientras te hablase podrías vislumbrar (valga la redundancia) sus diminutos órganos, sus reacciones internas o incluso sus pensamientos, de ese modo no habría forma de malinterpretarla; cualquier palabra errónea o desafortunadamente asimilada al revés por el receptor, no cabría a más confusión que lo que durase la corroboración de la intención de la Dolania a través de su sincera transparencia. Nunca tendría que dar explicaciones, que justificar lo que nunca dijo, nunca tendría que entrar en debates absurdos. ¿Queréis más motivos para envidiarla?.

Continúo. Y podría seguir con su fisionomía, pero quiero indagar ya en donde radica la existencia de este escrito. Su carácter efímero. Ahí donde convergen todas las dualidades y mueren. Sus 24 horas que puede que nunca sean suficientes o sí. En 24 horas conscientes seríamos las personas más valientes del mundo. Serían las 24 horas donde por cojones harías lo que realmente deseas y donde serías tú en tu esencia sin tapujos, miedos ni máscaras. Incluso tu última muda, la que te llevaría a morir en los próximos 5 minutos no importaría; sería tu última muda, eso significaría que ya habrías llegado a tu consciente “etapa final de evolución”. No ibas a conseguir nada más, no ibas a cambiar ya, estaba todo hecho, por lo que morir a los siguientes 5 minutos, sin lugar a dudas podría ser lo mejor que podría suceder y no engañarte más.

por Jessik Bokis

Comentarios

  1. La descripción apreciativa que se le da a la Dolania con esas palabras me dejaron con una sensación reconfortante, alguien a visto a través de la transparencia de un minúsculo cuerpo y se ha vislumbrado a si mismo.

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