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Mostrando entradas de noviembre, 2015

Y sonreír con la mirada...

A veces nos quedamos ciegos, y no hay manera de vislumbrar el camino. En ocasiones, casi a menudo, te inventas lo que ves, y tus ojos te siguen, y ves lo que quieras y cuando quieras, y... No hay oscuridad tan tenebrosa, tan densa, ni tan poderosa, que no pueda ser disipada con un poco de luz. Lo mío siempre fue la luz, y el despertar, y el sorprenderme con cualquier amago de sonreír. A veces es difícil sonreír, nos convencen para que estemos obligados a no hacerlo en situaciones en las que "no es lo normal"... "lo que debería ser", "lo apropiado" o "lo que pega". Pero no pretendas evitarlo. Es más, provocarlo es tu obligación, y si para colmo ni si quiera se trata de un esfuerzo, adelante... SONRÍE. Me gusta sonreír, y no hay nada en este miserable mundo, que consiga quitarme ese derecho, esa virtud, esa libertad, ese PODER. Una sonrisa, sincera, como esas que te quitan el sueño, como esas que derrochan sinceridad, de las que sanan por

No encontrar-T

Dudas. El miedo ya me saluda cuando nos cruzamos por el pasillo. (El miedo y yo, claro está). No encuento nada. Buscar es inútil, y más inútil sería perderme. No soy yo. Pero me repito lo que escuché ya mil veces, y me lo he creído. Todo surge por un comportamiento que degenera de bello en transparente. Al menos hacia mí.  Vuelve entonces a repetirse la historia que presiona el botón. Fin. Ya no quedan fuerzas. Ya se va la luz. Ahora sin luz tengo que encontrarlo todo. Lo que veo me encanta, pero no es real. Seguimos sin luz. Seguimos... Odio esta esperanza lastimosa. Odio sencillamente el contoneo de una sonrisa sin ojos. Odio odiar. No soy. Encontrar sin luz no es posible. Pero si apagas la luz... ¿cómo crees que es posible D-mostrar algo?  No disfrazar. No entusiasmar. Vida... sin vivir, sin pensar, sin sentir...y sí, son muchas personas... pero ¿son la vida?.  Ahora tú,  ahora ellos... ahora... vida, osea ellos. Maldita rutina de seres normales. Bendita