Ir al contenido principal

“EL FENECER: mi razón por el silencio”

 

alma__s_field_by_charligal-d2qs4fm (1)

No es mi afán interrumpir tu camino, y por eso callo.

Callo porque si hablase te detendría, no te tocaría, pero mis palabras lo harían.

Mis palabras serían puñales, lazos y espinas tan pequeñas que nunca podrías divisar, pero te alcanzarían. No te haré daño, nunca lo haría.

Me has dicho hoy que llamemos a todo esto “EL FENECER”.

Pero yo no lo entiendo, no quiero entenderlo. Dices que así suena hasta bonito.

No quiero que ninguno de los dos: ni tú, ni tú…. os alejéis.

Callo porque temo decir algo que suene tan fuerte, que sea tan “escuchable” que ya no haya vuelta atrás, y sé que cuando lo haga, no la habrá. Quizás sólo esté esperando la mejor forma de hacerlo. Quizás nunca lo haga.

Callo también para escucharte, a ti, porque me parece un regalo tu voz, tu presencia, tu forma de pensar, de vivir, de respirar incluso… no quiero interrumpir semejante nirvana.

Callo frente al mundo, y desaparezco, quiero sentir cómo se siente… yo podría desaparecer contigo si me lo pidieras… y no es una burda pantomima sentimental, esto es desastrosamente real.

Si todo fuera una mentira, una broma, un teatro de marionetas… no me daría miedo el FENECER. Pero me callo, y mi silencio, el que tanto amo, me acerca cada vez más a uno, y me aleja más del otro.

Callar hasta que te da por escribir sin pensar que lo estás haciendo… como respuesta algo que no te esperabas, que te llega cuando menos te lo esperas y te puede hacer fuerte o … ¿quién sabe qué?.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

No soy

Tanto tiempo creyendo ser, creyendo estar caminando, tanta síntesis de lo absoluto, tanto freno en dos segundos. Tanta distracción perturbada, tanto alzar catedrales por ti, tanto pedestal sigiloso, tanto miedo por vivir. Y pasan los años, y pasan los miedos, y pasa el regalo de saber lo que quiero. He diseñado dioses en cuerpos de otros, he vislumbrado espejos y han acabado rotos, he localizado el horizonte más bello del mundo, pero la paz siempre está cuando cambio de rumbo. Ahí, donde me hallo quieta, Inmersa en mí y en mi “mundanidad”, Allí donde nada me aprieta, donde lo que amo siempre está por llegar. Ahí donde se mezclan los mares,  donde se atisba el silencio, donde todo se hace porque así  lo diseña mi verbo. Siento mucho el desorden, el de mis pasos errados, el de mis miedos alados, son las únicas alas que debí haber cortado. Pero me invade la felicidad, una absurda felicidad sin sentido, que me incita incluso a escribir sobre aquello que ya doy por perdido. De todas las per

La Dolania Americana se siente viva

Parece lo más efímero de la existencia y al mismo tiempo lo más perfecto. La Dolania Americana, cuya esperanza de vida ronda las 24 horas, me despierta tanta curiosidad como envidia. No estoy exagerando, pues es en lo más imperceptible, en aquello que desconocemos, donde habita la belleza más perfecta que existe. No niego que esté siendo tremendista, pues hay cosas poco envidiables en algo tan diminuto, efímero y “poco vistoso” si lo comparamos con una mariposa, ¿verdad?. Pero sólo hay que ir más allá para verlo. Como siempre digo, con los ojos de “humano” no lo verás. Lo primero que debo atender, es que ni si quiera a esta especie se le suele llamar por su nombre, pero forma parte de un conjunto de insectos denominados “efímeras”, y a mi ya esa palabra me tiene enamorada desde que la descubrí. Digo descubrir, porque odio eso de “aprender”, me da igual si alguien me ayuda a conocer algo y luego yo lo aprendo, prefiero llamarlo “descubrir” pues es lo que a mi existencia le pasa

No puedo hablar

Puede parecer irónico, pero ayer estaba alabando voz. Anoche no dejaba de regalarme el sonido de su voz como quien sabe que con las cáscaras de altramuces otros encontrarán la gloria. Lo sabía, y luego yo se lo hice saber. Temí que dejara de hacerlo, por vergüenza, por timidez, pues quizás nadie le dejó claro nunca que poseía algo tan bello. Pero tras un poco de titubeo, volvió a dármela. No me lo podía creer, era algo tan sencillo y me llenaba tanto… Hoy yo estoy sin voz. ¡Parece un chiste!. He amanecido en un estado en el que parece que mi garganta hubiera batallado en algún tipo de guerra de insultos o palabrería barata donde moría el que antes callara. Pero no fue así, y ahora todo parece una broma. Pero creo que es algo más. Necesitaba estar en silencio, hacer todas esas cosas que sólo puedes hacer cuando estás en silencio, y vivir en una especie de burbuja completamente aislada durante un día para poder recuperar tu salud y tu dignidad. Me gusta el silencio y casi lo había olvid