¿Y ese título?, seguramente estás entrando en el convencimiento de que esto va para ti. Pues sí, sabes perfectamente que es para ti, bueno, y también para mi.
Usaré este bonito apodo que alguien un día te puso (quizás era otra flor, pero yo prefiero que sea ésta), para escribirte lo que no me atrevo contarte, no por cobardía, sino porque dudo que ya pueda importarte.
Ha sido maravilloso descubrir el tipo de flor que eras (y que sigues siendo, pero ahora es diferente). Un olor personal y peculiar con el que se identifica toda una planta. Ha sido genial compartir tanto tiempo, nunca pensé que una flor tan delicada aguantaría tanto (viajes, cambios, jaurías de animales con hambre de plantas… –cosa rara-).
Todo ha sido genial, y no me arrepiento de nada. No sé quizás cuidar flores, pero cada vez que he aceptado esto, ha sido motivo para que creyeses que es mi culpa que ahora florezcas lejos… cuando lo único que he hecho es aceptar mi culpa, mis olvidos a la hora de regarte, mis olvidos a la hora de no compartir el ritmo de tus bailes a la luz de la luna… esperaba que tú también aceptases la tuya, pero alzas la cabeza y marchas con indignación junto al resto. El resto, ese grupo de flores que antes te ignoraba y despreciaban tu compañía, situación que junto a mí lograbas olvidar.
Pero yo no quería bailar, yo no era una flor de loto, no, yo era diferente y tus compañeras no aceptaban mi compañía. Tu sueño era bailar, y ¿quién iba a abandonar su sueño?, ¿quién iba a intentar mantener unidos el pasado con el futuro?, ¿acaso has dejado de ser una flor de loto y te avergüenza que yo vea dicho cambio?… por eso te alejas, por eso y por no sé qué más…
A pesar de no aceptes tu culpa, de que altiva sigas andando y hayas olvidado mucho de lo que vivimos (o al menos eso parece). A pesar de que no muevas ni un pétalo, aunque enfoque el sol directamente a ti, a pesar de que incluso hace poco hiciese lo imposible por llevarte agua… yo sigo aquí.
Lo intenté, pero hoy, hoy te observo desde lejos, y aunque sé que me ves, haces como si nada. Dejo pues de intentarlo, dejo de humillarme ante una flor que parece no necesitar del pasado para construir su futuro.
Que seas feliz y cuídate mucho, sabes que eres fácil de enfermar, florecilla.
Te echaré mucho de menos.
Comentarios
Publicar un comentario