Ir al contenido principal

Cuando todo te recuerda a “eso”

article_13762899834

Llevo unos mil años sin escribir (burda exageración), pero es que a veces te surge la necesidad si es que pretendes seguir adelante con normalidad. No sé cómo explicarlo, pero hay asuntos, hechos o situaciones ya sean vividas por ti o por alguien que te importa, que arraigan tanto en ti que se convierten en tu “talón de aquiles”.

Es muy pesaroso y angustioso saber que algo que no puedes cambiar, simplemente por haber ocurrido, existido o haberse realizado, ejerce tanta presión sobre tu “ser” que casi no puedes ser la misma persona, al menos mientras “eso” aparezca por tu pensamiento.

Sigo métodos absurdos como quitarle importancia (sin éxito alguno), no pensar en ello, o simplemente dejarlo en el pasado y vivir el presente sin miedo, pues no hay nada supuestamente que temer. Pero no, ahí está presente, porque si no es mi mente, son las circunstancias, si no éstas pues ya se encarga el destino de crear momentos, encuentros, palabras o eventos que remuevan algo que aun no siendo mío me duele como si el cuchillo más afilado paseara lentamente por el pequeño hueco que hay entre mi piel y mis uñas.

Lo peor de todo es que compartirlo es algo impensable, hablar de “eso” podría suponer el final de mi dicha y admitir que no soy un ser lo suficientemente “fuerte”  y “seguro” como para preocuparme por asuntos en los que ni si quiera yo podría haber estado presente.

Pero no es “eso” lo que me preocupa, por mucho que mi torpeza, en esos incansables intentos por “desentrañarlo” haya mostrado debilidad ante el asunto en sí, o ante tal “decisión”. Lo que a mi me preocupa va más allá de lo tangible, va justo ahí donde a mi se me caen los castillos, las murallas, mi ejército y los mejores arqueros de este reino que pretendo proteger llamado corazón. Lo que a mi más me aflige es desconocer por completo lo que motivó a que “eso” ocurriera, lo que puede pasar por una mente que ya creía conocer para decidir que “eso” era una buena opción, una buena experiencia, una forma de simplificarse en pos de la voluntad. Pues nada me parece más doloroso que creer que algo es de una manera y que “eso” me recuerde que pueda ser de otra muy diferente, por mucho que me insistan, por mucho que parezcan tener las cosas realmente claras. Porque aunque yo quiera ver más allá del umbral de lo evidente, aunque me esfuerce en quedarme con un presente que ilumina buena parte de mi recorrido y donde las sonrisas son la gasolina que mueve a este saco de huesos; la realidad es que en el presente siguen los fantasmas apareciendo a saludar, siguen recordando lo que fue, sobre “eso” andan rondando para dejarme claro que uno es lo que es porque fue una vez lo que fue. Porque muero por saber que aunque las palabras digan lo contrario, en el fondo, “eso” querrías que no hubiera pasado, si al menos todo esto hubiera sido antes de “eso”.

Por si acaso dejo de escribir, teclear, o como quiera esto que se llame. No dejo de escupir palabras para ver si así saco lo que un simple artículo nefasto de internet, ha removido dentro de mi. Pues me importa “eso”, y no puedo evitarlo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

No soy

Tanto tiempo creyendo ser, creyendo estar caminando, tanta síntesis de lo absoluto, tanto freno en dos segundos. Tanta distracción perturbada, tanto alzar catedrales por ti, tanto pedestal sigiloso, tanto miedo por vivir. Y pasan los años, y pasan los miedos, y pasa el regalo de saber lo que quiero. He diseñado dioses en cuerpos de otros, he vislumbrado espejos y han acabado rotos, he localizado el horizonte más bello del mundo, pero la paz siempre está cuando cambio de rumbo. Ahí, donde me hallo quieta, Inmersa en mí y en mi “mundanidad”, Allí donde nada me aprieta, donde lo que amo siempre está por llegar. Ahí donde se mezclan los mares,  donde se atisba el silencio, donde todo se hace porque así  lo diseña mi verbo. Siento mucho el desorden, el de mis pasos errados, el de mis miedos alados, son las únicas alas que debí haber cortado. Pero me invade la felicidad, una absurda felicidad sin sentido, que me incita incluso a escribir sobre aquello que ya doy por perdido. De todas las per

La Dolania Americana se siente viva

Parece lo más efímero de la existencia y al mismo tiempo lo más perfecto. La Dolania Americana, cuya esperanza de vida ronda las 24 horas, me despierta tanta curiosidad como envidia. No estoy exagerando, pues es en lo más imperceptible, en aquello que desconocemos, donde habita la belleza más perfecta que existe. No niego que esté siendo tremendista, pues hay cosas poco envidiables en algo tan diminuto, efímero y “poco vistoso” si lo comparamos con una mariposa, ¿verdad?. Pero sólo hay que ir más allá para verlo. Como siempre digo, con los ojos de “humano” no lo verás. Lo primero que debo atender, es que ni si quiera a esta especie se le suele llamar por su nombre, pero forma parte de un conjunto de insectos denominados “efímeras”, y a mi ya esa palabra me tiene enamorada desde que la descubrí. Digo descubrir, porque odio eso de “aprender”, me da igual si alguien me ayuda a conocer algo y luego yo lo aprendo, prefiero llamarlo “descubrir” pues es lo que a mi existencia le pasa

No puedo hablar

Puede parecer irónico, pero ayer estaba alabando voz. Anoche no dejaba de regalarme el sonido de su voz como quien sabe que con las cáscaras de altramuces otros encontrarán la gloria. Lo sabía, y luego yo se lo hice saber. Temí que dejara de hacerlo, por vergüenza, por timidez, pues quizás nadie le dejó claro nunca que poseía algo tan bello. Pero tras un poco de titubeo, volvió a dármela. No me lo podía creer, era algo tan sencillo y me llenaba tanto… Hoy yo estoy sin voz. ¡Parece un chiste!. He amanecido en un estado en el que parece que mi garganta hubiera batallado en algún tipo de guerra de insultos o palabrería barata donde moría el que antes callara. Pero no fue así, y ahora todo parece una broma. Pero creo que es algo más. Necesitaba estar en silencio, hacer todas esas cosas que sólo puedes hacer cuando estás en silencio, y vivir en una especie de burbuja completamente aislada durante un día para poder recuperar tu salud y tu dignidad. Me gusta el silencio y casi lo había olvid