Ahora que nos besamos tan despacio, ahora que aprendo bailes de salón, ahora que una pensión es un palacio, donde nunca falta espacio para más de un corazón… Ahora que las floristas me saludan, ahora que me doctoro en lencería, ahora que te desnudo y me desnudas, y, en la estación de las dudas, muere un tren de cercanías… Ahora que nos quedamos en la cama, lunes, martes y fiestas de guardar, ahora que no me acuerdo del pijama, ni recorto el crucigrama, ni me mato si te vas. Ahora que tengo un alma que no tenía. Ahora que suenan palmas por alegrías. Ahora que nada es sagrado ni, sobre mojado, llueve todavía. Ahora que hacemos olas por incordiar. Ahora que está tan sola la soledad. Ahora que, todos los cuentos, parecen el cuento de nunca empezar. Ahora que ponnos otra y qué se debe, ahora que el mundo está recién pintado, ahora que las tormentas son tan breves y los duelos no se atreven a dolernos demasiado… Ahora que está tan lejos el olvido, ahora