Hace unas semanas estaba planeando la mejor forma de escribir lo que podría ser mi entrada más bella y más realista. Quizás podría haber sido un antes y un después en lo que respecta a mi expresividad. Cada día que me disponía a escribir, sentía que no estaba lo suficientemente preparada como para empezar a escribir la maravilla en la que me sentía inmersa. Nunca eran suficientes las palabras y la clarividencia que en esos momentos invocaba, y , por tanto, lo dejaba para el día siguiente. La historia se repetía, cual bucle vicioso, y nunca llegaba el momento. Y nunca llegó. Llegaron otras cosas, o quizás este maldito momento, donde la falta de misericordia de esta vida maldita, me arrebata la paz que creía haber encontrado. Me la arrebata temporalmente, porque, claro está, no voy a permitirle hacer nada que rompa la magia que tanto tiempo me costó encontrar. Pero son días grises, grises las ausencias, los miedos y la impotencia de no poder hacer nada más que esperar y “estar sin ...
Ilustradora, artista y character designer