Y la mosca soy yo. Porque sin quererlo voy siguiendo trayectorias casi hipnóticas pero con muy poca soltura y que no llevan a ningún lugar. Porque acudo donde no debo y cuando menos se requiere. Porque las moscas no son del agrado de todos. A veces he creído ser mosca, de tanto que me lo han repetido. Quizás sea algo más, un ángel, un águila, cualquier ser que vuela libremente y que tiene una capacidad inmensa de amar. Pero al final eres lo que quieran que seas, lo que te convenzan ser, lo que te rodea. Me asusta pensar en mi destino y me asusta ver el lado positivo de todo. De este modo siempre se olvida lo hiriente y se ofrecen tantas alternativas, tantas oportunidades, tantos renaceres que terminas perdiendo el orgullo y la dignidad. A veces hay que dejar de sonreír, para que la comisura de mis labios y su capacidad de levantar mis mejillas muy alto, no permitan de nuevo arrugar y achicar mis ojos; de ese modo podré ver la realidad, y no la fantasía que yo más deseo. By Jessik...
Ilustradora, artista y character designer