Monólogo del desencanto Hoy he descubierto muchas cosas: Es mejor cortar de raíz Antes de que se pudra la planta, Ser indiferente ante la ignorancia, Pero también ser cortés, Porque nunca entendería Lo que es la inteligencia Y sería un gran exabrupto Verse reflejada a ella misma En el espejo de su agua negra… Los amigos que pensé tenía, Un día bello, -en ese entonces-, Fueron sólo fantasía, No merecían mi corazón, No entendían el amor Y su empatía era el irrespeto. Fui paciente, entregada, Pero nada sirvió, ¡nada! Es más, aquella ocre llama Del ya perdido valor, Se encendía sin pudor Y quemaba a su paso Los pocos retazos de amistad Que un día quise salvar… Ahora nada me une a ellos, Ni siquiera el resentimiento, pues, Sólo son personas simples, Que se encuentran de vez en cuando Y que no endulzan el espíritu, Ni enriquecen la mente; Sólo son hombres perdidos Que no concuerdan en sus actos, Porque ni entre ellos, -donde el egoísmo y la envidia