...Si todo termina por esconderse... (sólo tengo que fijarme en mi caracol). Un segundo de valentía y a la mínima señal positiva... EL MIEDO (en su caso es entrar en contacto con una deliciosa hojita de lechuga... es rozarlo y esfumarse... luego ya sale, cuando tiene más confianza...). Ojalá tuviera un bonito y amplio caparazón... y no se me apreciaría al poner esa estúpida cara de disimulo.
Lo llamo miedo porque la gente precipitadamente asimila una sensación que es semejante a la que me refiero, pero no es para nada MIEDO. Es mucho mejor. Hay miles de sensaciones que te hacen sentir vulnerable, y casi es preferible que nadie sepa de eso. Ésta de la que hablo sería ideal si consiguiese un buen caparazón... esto no tiene sentido ¿verdad?.
-.¿El caparazón es para protegerte?, -. Más quisiera yo...
Para qué arriesgar la serenidad por un "no sé cuánto tiempo" de frenética dicha.... por un "posible", por un "imposible"... ¿para qué?.
He leído varias entradas al azar. Un blog muy interesante :)
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