Lo que dejan las huellas... en una carta.

Cómo con el tiempo las cosas se distorsionan, cambian, degeneran y para poder encontrar el camino no tienes otra que salirte de él.

Ahora no sé si lo que he conocido era así desde el principio o ha ido metamorfoseándose poco a poco sin casi percibirlo y de repente, lo percibo de golpe y me da todo este miedo…

Voy a echar de menos lo bueno, pero tengo que ver si realmente alguna vez fue bueno o sencillamente el lindo maquillaje que sabe dosificar según la ocasión y la necesidad que requiere en ese momento.

Peco de hablar más de la cuenta, de sentir la necesidad de expresar lo que siento, pienso y lo que veo que es necesario solucionar… pero si no hay un receptor, o el receptor no aprecia la importancia de todo esto, quizás es verdad que no merezca la pena. Que nada importe y que todo lo bueno haya sido sólo una ilusión. Me prometí no levantar más catedrales, más altares ni confiar gratuitamente. Pero me confundió la confianza, el “esta vez no va a ser igual”.

Ha sido igual, pero justo antes de cuajarse el orgullo, justo antes de que la tierra se resquebraje ante mis ojos y sufrir otro tropiezo; como siempre sucede, otra ilusión se encamina para no dejarme caer. Qué grande es lo que me protege que no me deja nunca caer. Gracias, seas lo que seas, gracias. A ti, sin embargo  voy a darte la última oportunidad. Pero sin mis manos, ni mi voz. Ya no moveré un dedo, y todo lo que ocurra será la verdad y no el esfuerzo de este cuerpo cansado de sonreír.

¿Triste? nooooo… esta entrada no es triste y lo está pareciendo. Es otro despertar. Creo haber hablado de los despertares anteriormente. En un despertar, cual filtro, tu puedes darte cuenta de lo que verdaderamente importa, y de los que realmente harán el camino contigo. Ahora cambio de ciudad, voy a reencontrarme con otros que siguen ahí al pie del cañón y quien sabe si para quedarme junto a ellos (pero no ahora, tranquilidad!!).

Lo más gracioso es que hay quien me diría que soy muy complicada, y que tengo un ramalazo de locura que es lo que provocaría todo esto… pero es la excusa para no admitir sus fallas, sus incoherencias y la falta de sinceridad que tanto estoy echando de menos estos días. Una piedra es una piedra, y si me quieres hacer creer que puedo comérmela, perdona pero me indignaré y te diré claramente que no te dejaré engañarme. Es así de sencillo, pero por naturaleza el ser humano lo confundirá todo y lo complicará para evitar enfrentarse con la verdad de la que lleva huyendo toda su vida. Con lo fácil que es ser feliz, siendo normal, sin ocultismos, sin querer hacerse el interesante, con lo hermosa que es la sencillez desnuda de todo maquillaje férreo.

¿Estoy aconsejando?, sí, por una vez en mi vida lanzo esto a modo de consejo, no a modo de advertencia o de invitación a reflexionar, porque no hay cambio de planes. Pero para futuras referencias, os daréis cuenta que cuanto más claros sois, más fácil es evitar que os confundan, engañen u os dejéis llevar por “el peloteo barato con trozos de interés”. Todo es más fácil cuando eres tú mismo y cuando piensas en ti un poquito. Quienes te quieren verdaderamente también lo harán y no les importará arriesgar por ti. ¿Acaso tú no harías lo mismo por ellos? está claro… a quien quieres LO QUIERES. La vida también te quiere cuando la quieres y la cuidas, y cuando haces el bien, el bien es lo que te llega. Lo bueno atrae a lo bueno y yo voy a buscarlo allí donde sé que está. Aunque dejo aquí una estrella de luz a la que pienso recoger pronto para seguir haciéndome el camino con mis velitas particulares.

Con un tremendo abrazo al planeta tierra, a las almas de aquellos a los que amo y a todo lo que necesite un abrazo. Me despido, hasta la próxima. Mucho más renovada y con el camino mucho más definido pienso llegar y contagiar a todos con lo bueno que hay en mi y que ya piensa aflorar.

A todas las luces que cada día estáis ahí, marcando el camino.

CI VEDIAMO.

Jessik Bokis ([^_^])