Tanto tiempo creyendo ser, creyendo estar caminando, tanta síntesis de lo absoluto, tanto freno en dos segundos. Tanta distracción perturbada, tanto alzar catedrales por ti, tanto pedestal sigiloso, tanto miedo por vivir. Y pasan los años, y pasan los miedos, y pasa el regalo de saber lo que quiero. He diseñado dioses en cuerpos de otros, he vislumbrado espejos y han acabado rotos, he localizado el horizonte más bello del mundo, pero la paz siempre está cuando cambio de rumbo. Ahí, donde me hallo quieta, Inmersa en mí y en mi “mundanidad”, Allí donde nada me aprieta, donde lo que amo siempre está por llegar. Ahí donde se mezclan los mares, donde se atisba el silencio, donde todo se hace porque así lo diseña mi verbo. Siento mucho el desorden, el de mis pasos errados, el de mis miedos alados, son las únicas alas que debí haber cortado. Pero me invade la felicidad, una absurda felicidad sin sentido, que me incita incluso a escribir sobre aquello que ya doy por perdido. De todas las per
¿Te imaginas que de repente aquello que más temes o que sospechabas, descubres que es realidad? Hay quienes dicen que es provocado por nosotros mismos, otros dicen que es que vivimos la mayoría del tiempo con los ojos tapados, y luego están quienes dicen que esto solo son casos aislados. La verdad es que el suceso en sí no es lo importante, lo importante es cómo “te impacta”. Vamos por la vida deseando, protegiendo y cuidando las cosas creyendo que van a ser eternas, las amamos, las moldeamos, incluso a veces las intentamos adaptar a nosotros para sufrir menos, pero… ¿ahora qué? Imagina que todo el esfuerzo, todo el tiempo empleado, los sueños, las ilusiones, los propósitos… todo era una mentira. Pero no porque lo fuese el hecho en sí, que ha seguido su rumbo natural y predecible a que fuese impermanente, sino todo eso que creaste en tu cabeza con significados eternos y promesas basadas en palabras. Todo eso fue solo cosa tuya, y el hecho en sí, sólo ha sucedido porque tenía que suced